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Aquí me veis, no recuerdo ni cuando fue, pero sí recuerdo que fue la primera vez, mi primer paso, mis primeros pasos. El año anterior había estado en el mismo lugar, sobre las tablas, pero con las zapatillas de ballet puestas. Durante ese curso lectivo dejé las clases de baile, pero mis compañeros de la academia me dijeron que querían contar conmigo, querían que yo presentara la gala de danza. Acepté la invitación y así fue como todo empezó. Con un salón de actos del campus de Espinardo de la Universidad de Murcia lleno y con un presentador que apenas levantaba unos palmos por encima del escenario.

Lo que sí recuerdo de aquella academia de baile es a las personas, y aquí viene lo curioso, personas que al igual que yo, con el paso de los años, estudiaron y se dedicaron al periodismo: Cristina Jover, Responsable de Comunicación y Reputación Online en PC Componentes; Carmen Riansares, Dircom de El Pozo Murcia F.S. o Leo García, profesora titular de la Universidad de Murcia en la Facultad de Comunicación y Documentación. Por supuesto a María Martínez, la jefa de todo, su hija y al resto de compañeras y trabajadores. Digo compañeras porque chicos solo éramos dos.

Cuando yo empecé motivado por mi prima Yeya, que era profesora y alumna en la academia, tan solo había un chico más en la clase de los mayores, eso me produjo extrañeza. Recuerdo atravesar con los ojos cerrados el vestuario cada vez que tenía que cambiarme en el cuarto de baño para no ver a las chicas. Recuerdo las bailarinas de color negro, al contrario de las suyas rosas. Las mayas también negras y las camisetas de algodón por debajo de las rodillas para evitar cualquier marcación sonrojante. Recuerdo la sensación de la madera al cogerme a la barra, el sonido de las cintas cada vez que entraban y salían del radiocasete para ensayar las coreografías, el punta tacón punta, y mil cosas más con las que no quiero aburriros.

Así fue cómo, y tras dejar la academia de baile, surgió la primera posibilidad de presentar una gala. Quizás si el destino hubiera sido otro hoy os tendría que estar hablando de otros pasos: Retiré, Plié, Grand jeté, etc. Mi prima Yeya directa e indirectamente tuvo la culpa de que yo presentara mi primer acto, años más tarde, a los dieciocho, mi primo Basilio motivaría mi primera vez en la radio, pero eso ya os lo cuento en otra ocasión.

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