La mercería de las ilusiones
Me he criado en un barrio del centro de Murcia y aunque los comercios o sus dueños han ido cambiando con el paso de los años, todavía pasear por las calles cercanas a casa de mis padres me hace sentir protección, calor, bienestar e ilusión. He tenido la oportunidad de volver a presentar una nueva edición, y ya van cuatro, de Murcia Shops Forum, y como homenaje a todos los pequeños comercios, quiero volver a entrar en la mercería de las ilusiones.
La mercería sigue estando donde estaba, aunque traspasada a otros propietarios hace un tiempo. Ahora incluso hay otra más en la misma calle. ¿Qué sensación teníais cuando eráis niños y entrabais a las pequeñas tiendas del barrio? Sin tener ni idea de que mi futuro iba a estar ligado a estudiar periodismo y ser presentador abría las puertas de los establecimientos, acción que siempre iba acompañada del mágico sonido de los avisadores sonoros, y me iba hacia los mostradores. Allí solo había que hacer el esfuerzo de ponerse de puntillas, el resto venía todo rodado.
Botones, hilos, cintería, corchetes, agujas, blondas, dedales etc. Llamadme loco pero aquella sensación era solo comparable a la que sentí tiempo después al enfrentarme por primera vez a un ordenador conectado a internet. Pero si cabe, esta era todavía más placentera. Todo un mundo lleno de posibilidades. El sonido de las cajoneras abriendo y cerrando, los botones cayendo por cientos encima del mostrador o cuando había que elegir el que más se pareciera a los de la chaqueta o pantalón de turno, y ya ni hablar si era época de carnaval y lo que tocaba era buscar lentejuelas, ¡qué despliegue! Era como estar en ‘Futuroscope’, parque de atracciones basado en la tecnología multimedia que tuve la suerte de visitar en los años 90´con mis padres en Poitiers, Francia.
La verdad que las sensaciones que tenía en todas las tiendas del barrio eran distintas y a la vez iguales. El papel de la carnicería, la chaira contra los cuchillos, entender lo del cuarto y mitad etc. Eso en la carnicería, pero si en tu barrio había una tienda de modelismo ya era la caña. Las vías, los túneles, y no los del soterramiento, los puzzles de 10.000 piezas, las casas de muñecas, los peraltes del Scalextric etc. En la peluquería del maestro Garre y aquel espacio reservado que no supe hasta los años que era para tintes y peluquines. En la tienda de lanas un escaparate multicolor con todos los ovillos. Aquel inquietante letrero que ponía: ‘Droguería y perfumería’. La segunda parte la entendía sin problemas, la primera me costaba. Los productos frescos en la puerta de la frutería que sigue siendo la misma. !Ah¡ y los colchones, porque en mi barrio había una tienda de colchones, que a día de hoy han proliferado.
Los comercios de barrio son parques de atracciones, son bibliotecas, son guarderías, son colegios, son enciclopedias y son protección, calor, bienestar e ilusión. Mención especial para la familia López Mesa del estanco, para León, para Manolico q. e. p. d. y para mi abuela María y toda su familia. Dicho todo esto, si sois miembros de este pequeño comercio, ánimo, creo que mis sentimientos y los de muchos murcianos están con vosotros. Que nuestro dinero siga ligado a vuestro impagable servicio.
Agradecer el esfuerzo de la Cámara de Comercio y la Dirección General de Comercio para que hayamos celebrado un foro que cada edición se hace todavía más indispensable en los corazones y conocimientos de los pequeños comercios. Gracias a Javier Tortosa, Julia Uriol, Paparajote, Presenta, Pedro Ruiz, Display Producciones por hacerlo tan fácil y a Marcelo Castelo, Celestino Martínez, Elia Guardiola, Fabián López, Helia de San Nicolás, Eva Torrecillas, Miriam Alegría, Librería Futuro Imperfecto y La Lechera de Burdeos por compartir vuestro saber hacer. ¡Nos vemos en las tiendas y nos sentimos en las tiendas online!